Impartido en la FAUG por Eduardo Cabral y Christian Vargas
Definición:
Es un taller corto e intensivo dirigido a arquitectos y estudiantes de los últimos semestres de arquitectura donde se les pide que realicen construcciones espaciales a escala haciendo hincapié en la importancia de la maqueta para la comprensión del espacio arquitectónico en tres dimensiones, desarrollando ejercicios que refuercen las capacidades proyectuales.
Justificación:
La supuesta instauración de la era de información permite un intercambio de imágenes a escala masiva y global, sin filtros ni rigores, obedeciendo a la caprichosa manera de operar de la moda y del mercado. Este es el principal factor para encontrar una proliferación de proyectos construidos a partir de la importancia de la imagen en el panorama arquitectónico contemporáneo.
En el taller de proyectos debe ensayarse – con el pretexto de un programa-, la solución funcional, formal y constructiva de un objeto arquitectónico. Pero también es válido y seguramente necesario hacer investigación a cerca de las cualidades y articulaciones espaciales, la lógica tectónica y las consecuencias fenomenológicas del espacio proyectado, así también, a cerca de la pertinencia de los elementos sumados a su configuración, con conocimiento de un marco teórico que sustente. Donde se permita pensar la arquitectura a detalle. Se vale reflexionar.
Objetivo:
Plantear en el arquitecto cuestionamientos que le permitan reflexionar sobre la dificultad de la actividad arquitectónica, como:
¿Qué es una investigación en el campo de la arquitectura?
¿Cómo se aborda una investigación de este tipo?
El workshop pretende sembrar en los estudiantes la inquietud de investigar a cerca de otros temas de importancia que suman al espacio arquitectónico, así mismo, cimentar las bases de una colaboración académica con mayor amplitud que voltee también al interesante fenómeno que está sucediendo en América Latina respecto al replanteamiento de la arquitectura que aspiramos producir.
Estrategia:
Colocar la construcción de la maqueta al inicio del proceso. Esta estrategia permite ver a la maqueta no como una representación del proyecto, pues cuando la realización de la maqueta se deja al final del proceso proyectual se omite la posibilidad de verificar el resultado espacial; por otro lado, si la maqueta se elabora en una etapa intermedia, se podrán realizar correcciones de carácter formal o idílico, pero de cualquier forma las cualidades espaciales estarán ya definidas.
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