Ayer el NYT publicó en su red, antes de lo programado, el nombramiento del Premio Pritzker 2009, ocasionando que todos los blogs de arquitectura comentaran la noticia antes de los desplegados oficiales. Asignado en esta ocasión al suizo P. Zumthor. A continuación un fragmento de la página del NTT. (gracias a Erika por el dato)
Él no es un arquitecto celebre – no es uno de los nombres que sobresalen en las listas de selección para los proyectos de museos y salas de conciertos o conocido fuera de los círculos especializados de arquitectura. No ha diseñado muchos edificios; el más conocido es un balneario termal en la comunidad Alpina. Y ha trabajado en la relativa obscuridad durante los últimos treinta años en un remoto pueblo en las montañas suizas, lejos del foco y la muchedumbre.
Pero el lunes, el arquitecto suizo Peter Zumthor, obtendrá el reconocimiento más alto de su profesión: el Premio de Pritzker.
"Él ha concebido su método de práctica casi tan con cuidado como cada uno de sus proyectos, " dijo la cita del jurado Pritzker de nueve miembros. "Él desarrolla los edificios de gran integridad - intacto por la moda. Rehusando una mayoría de las comisiones que vienen su camino, él sólo acepta un proyecto si él siente una afinidad profunda para su programa, y a partir del momento de compromiso, su devoción es completa, supervisando la realización del proyecto al último detalle."
Zumthor es un arquitecto que se ha dedicado a hacer arquitectura no ha generar imagenes, lo dice el mismo.
Es significativo que se le otorgue el Pritzker, pues muestra un ejemplo más de que se reconoce cada vez más el trabajo artesanal y menos a la espectacularidad de los proyectos.
Celebramos que se entienda cada vez mejor que importa más la calidad de la arquitectura que la fama del arquitecto.
Zumthor es un arquitecto que se ha dedicado a hacer arquitectura no ha generar imagenes, lo dice el mismo.
ResponderEliminarEs significativo que se le otorgue el Pritzker, pues muestra un ejemplo más de que se reconoce cada vez más el trabajo artesanal y menos a la espectacularidad de los proyectos.
Celebramos que se entienda cada vez mejor que importa más la calidad de la arquitectura que la fama del arquitecto.